En una larga cola en una bodega en Cuba para comprar huevos, un viejo, malhumorado por la espera, comenta en alta voz:
-Llevo ya tres horas en la cola, y todavía no me han tocado los huevos.- Una tremenda mulata que está cerca, responde:
- Dichoso de usted, mi viejo; yo llevo quince minutos, y ya me han tocado el culo tres veces!