La entrada del otoño está asociada con las castañas y
un consumo que posee una celebración especial, la castanyada, fiesta popular
que se celebra el día de todos los Santos.
La evolución de este costumbrismo ha
ido asociando conceptos y la castaña ha ido encontrando importantes aliados:
los panellets, los boniatos y el vino moscatel o la mistela.
En mi tierra se celebra el dia de SAN MARTIÑO 11-11-2012
La tradición arranca en muchos pueblos cuando el día
de Todos los Santos y en el café, punto de reunión de la feligresía, las mesas
estaban generosamente servidas con platos de castañas y porrones de vino, que
favorecían una castanyada colectiva y las relaciones entre los vecinos.
Y la figura de la castanyera,
que nace a finales del
siglo XVIII y personaje omnipresente hasta hace unos años en ciudades y
pueblos, con sus pequeños puestos de castañas asadas, visibles hasta fechas
próximas a la Navidad.
Toda una personalidad que durante nuestros paseos, con
sus cucuruchos de papel de diario repletos de castañas, nos ayudaban a combatir
el frío (cuando no estábamos inmersos en el actual cambio climático) y de paso
a distraer el estómago.
Actualmente, esta tradición se concentra en
castanyades populares, fiestas o convocatorias gastronómicas
El consumo de castañas favorece a las personas que
tienen muy en cuenta la dieta. Tienen buenas noticias: la castaña es sabrosa,
energética, con pocas grasas por lo que no engorda, además, combate la anemia y
aumenta el colesterol bueno, rebajando el malo.
Respecto a los panellets y el susodicho colesterol, se
puede hacer un guiño al sol, pecar un poco o comer solo los piñones.
Ésta es la parte lúdico/gastronómica del día de Todos
los Santos, que ya empieza a rivalizar con el halloween americano. Nos ha
invadido con sus leyendas, elementos como la calabaza, el misterio, los
personajes de la literatura de terror y muchas otras manifestaciones.