O Manoliño, fue el martes a la zapatería.
Después de probarse unos cuantos
pares de zapatos, eligió unos italianos, muy elegantes.
Al entregárselos, el empleado le advirtió:
- Señor, este tipo de zapato suele apretar bastante en los primeros cinco días.
- No hay problema -respondió Pepe-
No los voy a usar hasta el próximo domingo…