18 de noviembre de 2010

EL JABON


 
La receta de jabón más antigua procede de Mesopotamia. Data del 3000 a.J.c. y describe una mezcla de una parte de aceite y cinco de potasa.
Los romanos no dispusieron de jabón hasta el siglo IV; anteriormente usaban una pasta formada por aceite de oliva y piedra pómez.
El aceite o las grasas animales; sebo, etc. mezclados con cenizas de haya producían el jabón blando, fácil de elaborar, que se usaba hasta el siglo XIX. El jabón duro era un producto industrial consistente en la mezcla de aceite vegetal con sosas extraídas de cenizas de algas calcinadas. A menudo estaba perfumado y constituía un artículo de lujo que se fabricaba en Castilla, Venecia y Marsella desde el siglo XV.

El precio del jabón disminuyó desde 1820 gracias a la fabricación de la Sosa en gran escala; la consiguiente mejora de la higiene personal contribuyó a reducir la mortalidad infantil a mediados del siglo XIX. En 19.93 dos químicos alemanes Hermann Geissler y Heimann Bauer inventaron un procedimiento para fabricar polvo de jabón seco. Se vendió por primera vez en 1906 por la compañía Henke1 de Düsseldorf con el nombre de Persil. El jabón en polvo comenzó a sustituir al jabón en pastillas pero fue sustituido por los detergentes a partir de la década de 1930.