 
 Son muchas las propiedades medicinales que desde siempre se le han asignado a esta planta, originaria del centro de Asia.
Es  quizás el remedio natural con mayores propiedades medicinales  demostradas experimentalmente: Efecto hipotensor a dosis altas,  fluidificante de la sangre – muy utilizado por personas que han padecido  trombosis, embolias o accidentes vasculares-, hipolipemiante -disminuye  el colesterol LDL, es decir el nocivo para el cuerpo-, antibiótico y  antiséptico general, estimulante de las defensas, vermífugo, callicida… 
El  ajo, es considerado, uno de los vegetales curativos, más importantes.  En los últimos años, se le ha estado dando, mucha más importancia y  difusión a este vegetal, y a tratar de educarnos para estimularnos en su  consumo, brindándonos mucha más información sobre todas sus propiedades  y sobretodo, como actúa, como medio preventivo y curativo en las  distintas enfermedades. Por lo tanto, una vez recopilada esta  información, de muchos artículos leídos, en distintos textos y revistas  que consideramos serios, creemos que lo importante, no es tenerlas  guardadas, sino difundirlas lo más posible, para que éstas informaciones  y conocimientos puedan servir, a su vez de ayuda a todo aquél que la  necesite. 
El ajo, ayuda a prevenir y curar todas las enfermedades de las vías respiratorias.

Se  utiliza para eliminar parásitos y en estos casos el jugo del ajo es uno  de los mejores remedios, y aún en las especies difíciles de expulsar, se  obtienen resultados sorprendentes.
Ayuda a  quienes padecen de ácido úrico y actúa como protector en la  calcificación de las arterias. Previene la hipertensión y la mala  circulación, ya que tiene una acción hipotensora.
Es  estimulante, diurético y expectorante. El ajo ayuda a eliminar los  viejos residuos que van quedando en el organismo, sus enzimas favorecen  una buena síntesis de los ácidos grasos, ayudando a bajar el colesterol  malo o LDL.
Tiene un alto contenido de fósforo y de azufre, por eso se destaca como un sedante especial para los nervios.
Aconsejan comerlo crudo ya que cocido pierde más del 90% de su efectividad.
El ajo  produce mal aliento y transpiración desagradable, sólo por un corto  período de tiempo, es decir mientras se expulsan las toxinas acumuladas  en el organismo, una vez liberadas éstas, ya no se despide mal olor, ni  en el aliento, ni en la transpiración, ni siquiera en la orina y las  deposiciones. Esto es debido a que ese olor desagradable que se  atribuyen a los ajos, no es debido a los ajos propiamente dicho, sino a  las toxinas acumuladas en el organismo que, al combinarse con los  activos principios eliminadores del ajo, despiden ese olor desagradable.  
Esto se puede entender fácilmente con este ejemplo. Una persona que  practica una alimentación sana y natural, donde el ajo ocupa un lugar  preferencial, no desprende ese olor tan desagradable que se le atribuye  al ajo, pero sí ocurre esto, en aquellas personas que comen ajo, pero a  su vez continúan una mala alimentación, en base a alimentos ricos en  grasas, embutidos, bebidas alcohólicas, etc. En estos casos lo que  sucede, es que el ajo continua constantemente, eliminando toxinas,  producidas por la mala alimentación, y es justamente, la constante  eliminación de estas sustancias, la que producen ese olor desagradable,  no el ajo.
Podemos  comenzar para acostumbrarnos, con uno o dos dientes de ajo, que lo  podemos acompañar con un pedazo de pan, masticándolos bien. Luego, de a  poco, aumentaremos hasta llegar a cuatro o cinco. La cantidad depende de  la tolerancia de cada persona, hay quienes llegar a comer hasta una  cabeza entera sin molestias y con grandes resultados.
En casos  de reuma, da excelentes resultados, crudo, rallado, aplastado o picado,  lo ponemos en una taza con un caldo de verduras, y lo tomamos media hora  antes de las comidas.
Es muy recomendable como desinfectante, por lo tanto en caso de picarnos algún insecto extraño, podemos frotarnos con ajo crudo.
Y para  finalizar, diremos, que el órgano que más se beneficia con el ajo crudo,  es el corazón. Si tenemos en cuenta, que el ajo, es el gran purificador  de la sangre, sacaremos como consecuencia que también es el gran  fortalecedor del corazón.
Afrodisíaco y energético
Afrodisíaco y energético
Su origen  está en Asia Central, pero los chinos y egipcios ya lo utilizaban en la  más remota antigüedad: Alimentaban con ajos a los esclavos que  construían las pirámides porque creían que el ajo les aportaba energía.  También se empleó en el proceso de momificación y como moneda. 
En Grecia  y Roma el ajo se consideró un potente afrodisíaco y en la época  medieval se usó el ajo para librarse de brujas, vampiros y malos  espíritus. En otros andares, durante la II Guerra Mundial se repartía  entre los soldados para que tuvieran un remedio contra las heridas. 


 
