Un empleado de una funeraria estaba una noche trabajando hasta tarde. Su trabajo era examinar el cuerpo de los muertos antes de ser enviados a enterrar o incinerar.
Cuando examinó el cuerpo del señor Juan, que iba a ser incinerado, hizo un asombroso descubrimiento: ¡¡¡Juan tenía la "parte" más grande que nunca había visto!!!.
- Lo siento señor Juan, dijo el empleado, pero no puedo enviarlo a incinerar con tremenda "parte". Tiene que ser guardada para la posteridad.
Dicho esto separó la "parte" del cuerpo, la puso en su maletín y se fue a casa.
A la primera persona que se la mostró fue a su esposa:
- Tengo algo que mostrarte que no vas a creer, le dijo, y abrió el maletín.
- ¡¡Dios mío!!, gritó ella,... ¡¡¡¡¡Juan está muerto!!!!!.