Presumen de ser el único fruto seco con una cantidad significativa de omega-3, perfecto para controlar la presión arterial, el colesterol y todos los factores de riesgo coronarios. Como son muy calóricas, no conviene tomar más de seis al día
A DIARIO
Precisamente, gracias a la presencia de omega-3 las nueces se han convertido en un ingrediente casi imprescindible de la dieta diaria. Para el doctor José María Cruz, cardiólogo y miembro de la Fundación Española del Corazón (FEC), «este tipo de ácidos grasos poseen unas particularidades biológicas muy positivas para la salud ya que, además de su efecto antihipertensivo, poseen un poder fluidificante de la sangre por lo que la hace menos propensa a coagularse y, por tanto, formar trombos. Asimismo, su ingesta disminuye las probabilidades de desarrollar alteraciones del ritmo y la frecuencia cardíaca, sobre todo en personas que son propensas a ello o han padecido alguna cardiopatía isquémica». En esta misma línea se sitúa el doctor Emilio Ros, jefe de grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) y responsable de la Unidad de Lípidos del Hospital Clinic de Barcelona, quien añade que «las nueces son los únicos frutos secos que contienen cantidades importantes de ácido alfa-linolénico, el omega-3 vegetal, que se considera tan beneficioso para la salud como los omega-3 de origen marino presentes en el pescado azul». En concreto, un grupo de investigadores de la Universidad de Loma Linda en California, EE UU, entre los que se encuentra el especialista catalán, Joan Sabaté, aseguran que las personas que siguen una dieta rica en nueces disminuyen en un 9,3 por ciento la cantidad de colesterol «malo» o LDL. La investigación aparece publicada en la revista «American Journal of Clinical Nutrition» en 2009. A este respecto, la AEDN sostiene que «un puñado de nueces, 42 gramos, proporcionan 3,8 gramos de omega-3 y 6,5 gramos de proteínas».