VAYA PAR DE....
Decoro, vergüenza y prudencia son tres palabras que no figuran en el diccionario de la siempre polémica Amy Winehouse. Después de algún tiempo alejada de la vida social tras su regreso del Caribe, la cantante ha vuelto a hacer de las suyas. ¿Su última ocurrencia? Enseñar sus pechos a un grupo de fotógrafos en plena calle, por si a alguien todavía le cabía alguna duda de su paso por el quirófano para aumentar su talla de sujetador.
Amy, ni corta ni perezosa, se bajó ‘sutilmente’ el corsé a través del cual los presentes pudieron comprobar que, efectivamente, Amy tiene más pecho que antes.
Es cierto que las fotografías fueron tomadas a la salida de una cena en Londres donde, a buen seguro Amy dio buena cuenta de alguna que otra bebida espirituosa, pero la prensa no ha dudado en criticar esta nueva salida de tono de la cantante de ‘Rehab’ ya que hasta el momento de la velada la artista se encontraba junto a su ahijada, Dionne Bromfield, una joven de 13 años cuya carrera ha decidido amadrinar la que la artista británica . A buen seguro que en la clase de ayer, si de algo trataba era de cómo no pasar inadvertida montando un show ante los siempre aguerridos paparazzi.
Eran las ocho de la tarde y a sus espaldas llevaba muchas horas de fiesta, ya que la joven era una de las invitadas a los premios Q, a donde sí acudió con la pequeña Dionne.
La estrella inglesa tenía que entregar el premio al artista de reggae Don Letts, aunque el presentador de la gala tuvo que indicarle que se volviera a sentar ante la ausencia de Amy en el escenario, de la que no había ni rastro.
Para un momento de gloria como ese, Amy no dudó en enfundarse una minifalda rosa chicle y una camiseta muy escotada a juego. Terminada la entrega de premios, Amy se cambió el top por un corsé floreado que dejaba aún más a la vista su nuevo escote.
Tras la fiesta, invitó a cenar a la pequeña Dionne y a su madre al restaurante Gaucho. La cosa no hizo más que empeorar, ya que al ser preguntada por el Daily Mail a qué se debió su tardanza a la hora de la entrega de premios, espetó al periodista: ‘A ti que te importa. Me estaba peinando. Que te jodan’, concluyó. Pero su particular show no se quedó en los premios, ya que en el exclusivo hotel Grosvenor House Hotel exigió que le dieran la suite que habían reservado para ella los organizadores de los premios Q.
La caótica noche de Amy nada tiene que ver con las palabras de su padre, Mitch, quien la semana pasada aseguraba que su hija se estaba recuperando y que estaban ganando la batalla al alcohol y las drogas.
En declaraciones a ‘This Morning’, el progenitor de la problemática artista ha asegurado que es cierto que la recuperación no es ‘total’, ya que es simplemente una recuperación gradual. ‘Si miras dónde estábamos un año atrás, acuérdate de que estábamos en otro planeta. Estamos en un espacio y en un tiempo diferente y también ante otra persona. lo estamos. Y nos recuperaremos’, ha asegurado el señor Winehouse esta misma mañana tras este nuevo espectáculo a cargo de su hija.