30 de enero de 2011

Cura y monja


Estaba un sacerdote manejando hacia su parroquia y en la carretera se encuentra con una monja conocida, para y le dice:
“Madre, suba que la llevo al convento”.
La monja sube y se sienta en el asiento del copiloto, hace un cruce de piernas y el habito se le abre un poquito y se le ve la pierna.
El padre se le queda mirando y sigue manejando, al rato le toca la pierna y la monja le dice:
“Padre acuerdese del Salmo 129″.
El Padre le pide disculpas y sigue manejando.
Al rato otra vez le toca la pierna y la monja le dice:
“Padre, acuerdese del Salmo 129″.
El Padre se excusa diciendo:
“Perdoneme Hermana, pero usted sabe, la carne es debil”.
Despues de un rato la monja se baja y el Padre llega a su parroquia.
Va rapidamente a buscar en la Biblia, el Salmo 129.
Encuentra el Salmo que dice…
“Seguid buscando y alla arriba encontrareis la Gloria…”
MORALEJA para los HOMBRES:
¡Entiendan de una vez por todas que las mujeres jamas les van a decir
que SI directamente!
MORALEJA para las MUJERES:
Si no se quieren quedar con las ganas… ¡¡¡HABLEN CLARO!!!
AMEN